Valores personales, una guía hacia una vida más plena
Los valores funcionan como una brújula, le dan dirección a nuestra vida. Surgen como fundamentos invaluables que moldean nuestras decisiones.
Actúan como guías, delineando el camino y dirigiéndonos hacia una vida mas auténtica y satisfactoria.
En su esencia, los valores funcionan como faros que iluminan el sendero. Son más que meras creencias; representan la culminación de nuestras aspiraciones más profundas.
Nuestros valores no son algo con lo que nacemos ni son estáticos, se van construyendo y desarrollando conforme crecemos, son dinámicos, es decir, evolucionan a lo largo de nuestra vida gracias a nuestras experiencias.
Son muchos los modelos terapéuticos que a lo largo de la historia de la psicología se han interesado por los valores como elemento principal en la terapia. Cuando no sabemos por dónde empezar a construir una vida con sentido, dirigirla hacia nuestros valores puede ayudarnos a dar los pasos en la dirección correcta. ¿Qué es lo verdaderamente importante para ti? ¿Te lo has preguntado alguna vez?
La pérdida de conexión con nuestros valores es un terreno fértil para la angustia emocional, la persona que se ha alejado de sus valores se siente perdida, sin rumbo y a la deriva. A menudo experimenta muy poca o ninguna satisfacción con lo que hace, llegando a tener la sensación de que no puede ser feliz. Esa impresión de que la vida está vacía y de que nada importa. Se siente como que uno va en piloto automático y los días transcurren sin nada que merezca ser resaltado. La ausencia de motivación se hace notable y la apatía y la desgana van creciendo.
Cuando nos hemos alejado de nuestros valores y los hemos perdido de vista podemos trabajar para reconectar con ellos. La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) propone metáforas a modo de ejercicios que pueden ayudarnos a identificar de nuevo nuestros valores. A mi me gusta especialmente la metáfora del funeral propio. En este ejercicio, le pido a la persona que imagine que estará asistiendo a su propio funeral y que visualice quiénes estarán presentes, que se dice de él o ella y qué legado deja en la vida de los demás. Invito a la persona a reflexionar sobre qué le gustaría que se dijera en ese funeral acerca de cómo vivió, que valores le representaron y cómo impactó en los demás. Esta es una forma poderosa de conectarse con lo que es genuinamente significativo en su vida, y, a partir de ahí, impulsar acciones que estén mas alineadas con esos valores fundamentales.
En definitiva, vivir de acuerdo con nuestros valores no es solo una meta terapéutica, sino un viaje hacia una vida mas auténtica. En tiempos de conflicto o pérdida de valores, recordemos que estos momentos desafiantes pueden ser oportunidades para la reflexión y el crecimiento. La esencia de una vida plena reside en la fidelidad a aquello que verdaderamente nos importa.